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La alegría de juzgarse a sí mismo – Ekev

Autor: Chaim Freud
הרשות השופטת: מי שם אותך לשופט? - פרשת השבוע דברים
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Hoy en día, todo el mundo quiere saber cómo ser feliz. Pues bien, este es el secreto: hitbodedut. Hablar con Hashem, rogándole que nos ayude a dirigir nuestras vidas correctamente.

En esta ocasión, vamos a estudiar una hermosa lección relacionada con nuestra parshá, Parshat Ekev, los últimos mensajes de Moshe Rabenu a Klal Israel, para toda la eternidad. Veamos lo que Moshe Rabenu nos enseña hoy.

 

וְהָיָ֣ה | עֵ֣קֶב תִּשְׁמְע֗וּן -El Rebe nos enseña que “Vehaiá” es una expresión de simjá, alegría. “Ekev tishmeun”, hay que escorar, escuchar, o incluso saber.

אֵ֤ת הַמִּשְׁפָּטִים֙ הָאֵ֔לֶּה – estas leyes

וּשְׁמַרְתֶּ֥ם – mantenerlas

וַֽעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם – hacerlas, seguirlas

וְשָׁמַר֩ ה’ אֱלֹקֶיךָ לְךָ֗ אֶת-הַבְּרִית֙ – Hashem guardará para ti el pacto

וְאֶת-הַחֶ֔סֶד אֲשֶׁ֥ר נִשְׁבַּ֖ע לַֽאֲבֹתֶֽיךָ: – y la bondad que les fue prometida a nuestros antepasados.

 

Entendamos las palabras de nuestro Rebe, en la lección 169.

וְזֶהוּ: וְהָיָה עֵקֶב תִּשְׁמְעוּן.

וְהָיָה – לְשׁוֹן שִׂמְחָה. עֵקֶב – הֵם הָרַגְלִין, הַיְנוּ:

לִזְכּוֹת לְשִׂמְחָה עַד שֶׁהָעֲקֵבִים שֶׁהֵם הָרַגְלִין יִשְׁמְעוּ הַשִּׂמְחָה, זֶה זוֹכִין עַל-יְדֵי:

 

Cada vez que veas en la sagrada Torá la palabra “וְהָיָ֣ה”, ve-haiá, es una expresión de alegría. La persona debe estar llena de alegría desde la cabeza hasta los talones.

 

Cómo se consigue esto?

 

Juzgándose a uno mismo. La persona tiene que juzgar sus acciones con honestidad. Todos cometemos errores, pero la cuestión es si queremos ‘confesarlos’. De una forma u otra vas a tener que hacerlo, pero si lo hacemos aquí en este mundo, aquí y ahora, y hablamos sinceramente con Hashem acerca de nuestros defectos y errores, y Le damos las gracias a Hashem por todo, entonces el juicio aquí abajo elimina el juicio Allá Arriba.

Tenemos un concepto legal que dice que no existe el doble juicio, lo que significa que si una persona es juzgada y absuelta por un delito en particular, entonces no puede ser juzgada de nuevo por ese mismo delito. Por lo tanto, si nos juzgamos en este mundo por aquellas cosas que hemos hecho mal, que no salieron como esperábamos, por nuestros errores, entonces no podremos ser juzgados por esas transgresiones nuevamente en el Mundo Venidero.

 

La persona debe hablar con Hashem y pedirle: “Por favor, Hashem, quiero cumplir Tu Torá en todo lo que hago”. Ese es el secreto para ser siempre feliz. ¡Habla con Hashem! Suplícale.

 

En Breslov tenemos la costumbre de que cada noche, decimos que estamos entregando todas nuestras acciones, para mí, mi familia, cualquiera de mis dependientes, a Ti. Hashem, Tú diriges mi vida por mí.

 

¿Por qué hacemos esto? Es un reconocimiento de que todo es Hashem, no soy yo. Todo lo que hacemos es por la voluntad de Hashem. Si entendemos eso, podremos ser felices. Es como ir en un autobús, que pasa por algunos baches, o se retrasa un poco. No te enfadas porque no te pasa a ti, sino al autobús.

 

Así también con la vida. En un día normal, te levantas, vas a la sinagoga, vas a trabajar, vas a estudiar, haces lo que tengas que hacer, pero reconoces que lo estás haciendo con Hakadosh Baruj Hu. Y Hashem nos ayuda a mantenernos alejados de manchar nuestro pacto con Él, de cualquier cosa que tenga que ver con la inmoralidad.

 

Si usamos las leyes para juzgar nuestra conducta, y hablamos con Hashem, siendo honestos en su evaluación, entonces mereceremos la felicidad.

 

Hoy en día, todo el mundo quiere saber cómo ser feliz. Pues bien, este es el secreto: la hitbodedut. Hablar con Hashem, rogándole que nos ayude a dirigir nuestra vida correctamente. Entregándole nuestros problemas a Hashem, reconociendo que no somos nosotros quienes dirigimos nuestras vidas, sino Él. No tenemos que preocuparnos por las cosas, porque es Hashem quien dirige el mundo. Reconocer eso nos traerá una gran felicidad.

¿Cuál es la mayor mitzvá del mundo que no se cuenta como tal?

 

¿Cuál es la mayor transgresión que no se cuenta como tal?

La simjá -alegría- es la mayor mitzvá del mundo, que no se cuenta como una mitzvá, ya que le persona alegre está motivada a hacer más mitzvot. Si alguien está jas veshalom lleno de tristeza, depresión, y está melancólico y ansioso y preocupado, entonces no podrá hacer mitzvot. La simjá lo llevará a uno a cumplir todas las mitzvos, mientras que la tristeza lo llevará a hacer todos los pecados.

 

Moshé Rabenu nos está enseñando, mediante el uso de la palabra “Vehayá”, una expresión de alegría, que se puede tener simjá que llega hasta los talones si se cumplen todas estas leyes. ¿Y cómo se cumplen? Muy simple: juzgándonos ya en este mundo, para no tener que ser juzgados en el siguiente.

 

 

 

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