Página principal Mística y Kabalá Kabalá Breslov 7ma parte – Los mecanismos internos de la Creación 2

Kabalá Breslov 7ma parte – Los mecanismos internos de la Creación 2

Autor: Chaim Kramer
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Debemos aprender a reaccionar frente a nuestros pensamientos y enfocarnos en ellos

Rabí Shlomo Alkabetz, el gran Kabalista del siglo XVI, compuso el himino Lejá Dodí, que se canta en todas las congregaciones durante los servicios del viernes a la noche (Shabat). En este himno, él escribe así: “Último en acto es primero en pensamiento”. En apariencia, esto se refiere a la creación del Shabat, el último día y el objetivo de los primeros seis días de la Creación. Pero también se aplica a la manera en que debemos encarar cualquier objetivo. Nuestro potencial para llevarlo adelante radica en nuestros propios pensamientos individuales.

Los seres humanos, seres pensantes y creativos, son el objetivo de la Creación.

Debemos aprender a reaccionar frente a nuestros pensamientos y enfocarnos en ellos, usando nuestra capacidad creativa para captar las dimensiones de nuestras ideas y construir los parámetros necesarios, de modo que estos “primeros pensamientos” puedan transformarse en actos reales.

A fin de ilustrar cómo funciona todo esto, el Rebe Najman nos da el ejemplo de alguien que quiere construir una casa. Al principio, esta persona tiene que imaginarse qué aspecto tendrá la casa, dónde será construida, y en qué plazo la construirá. Una vez realizados los anteproyectos de la construcción, seleccionada la ubicación y resuelto el tema del tiempo, esta persona adquirirá la propiedad y los materiales y se pondrá manos a la obra.

Vemos que el acto final de completar la casa ya estuvo en su primer pensamiento, pues él ya se imaginó la casa construida hasta el último detalle. De allí “Último en acto (la casa construida) es primero en pensamiento”: ese primer pensamiento ya contenía todo en potencia.

Los seres humanos, seres pensantes y creativos, son el objetivo de la Creación. El Rebe Najman les dijo una y otra vez a sus discípulos que no hay ─ni hubo, ni habrá─ dos personas exactamente iguales. Cada uno de nosotros posee cualidades únicas que son las que permiten que cada uno tenga su originalidad. El mensaje del Rebe Najman es claro: las personas no son clones, y el hecho de ser “como los demás” automáticamente inhibe la creatividad. Debemos, por lo tanto, enfocarnos en nuestras propias fortalezas y perfeccionarlas. Recién entonces podremos realmente desarrollar todo nuestro potencial.

Con estas ideas en mente, ahora pasaremos a examinar de qué manera Dios creó el mundo, y qué mensajes Él quiso transmitirnos.

 

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