Kabalá Breslov 15ª parte – El espacio vacío 3

El libre albedrío es el componente más increíble de toda la Creación.
Al tener libre albedrío, la persona puede elegir entre servir a Dios y realizar buenas acciones o bien oponerse a Dios y transgredir Sus directivas. La existencia de un Espacio Vacío dentro del cual Dios creó mundos nos enseña que nuestra misión en la vida también es ser creativos y construir un mundo mejor, una vida mejor para nosotros mismos y para aquellos con quienes entramos en contacto. Si nos oponemos a Dios y nos rehusamos a aceptar nuestra misión, estamos contradiciendo el motivo de la Creación y estamos esencialmente destruyendo aquello que los demás están construyendo, y haciendo que el mundo retorne a un estado de caos y desolación, oscuridad y abismo (cf Génesis 1:2).
Podríamos pensar que existe una tercera opción – simplemente sentarnos en el sillón y no hacer nada: ni bueno ni malo. Sin embargo, la decisión de “no hacer nada” no es una opción válida (cf. Rashi sobre Números 15:41). Dado que el Espacio Vacío es solamente eso, un “hueco vacío”, aquel que elige no hacer el bien y construir ni tampoco hacer el mal y destruir, simplemente vivirá una existencia vacía. En el Futuro Último, cuando los demás reclamen su recompensa por sus buenas acciones y su esfuerzo, él no va a recibir un castigo por haber transgredido, pero vivirá un eterno vacío como “recompensa” por su falta de esfuerzo.
Podríamos pensar que existe una tercera opción – simplemente sentarnos en el sillón y no hacer nada: ni bueno ni malo. Sin embargo, la decisión de “no hacer nada” no es una opción válida
El libre albedrío es el componente más increíble de toda la Creación. ¿Acaso puedes imaginarte un soberano que les dé a sus súbditos la capacidad de elegir libremente y decidir rebelarse contra él? Por supuesto que no. Sin embargo, Dios creó al hombre con un intelecto y con la capacidad de volverse contra Él si así lo desea.
Al mismo tiempo, el Espacio Vacío nos da la oportunidad de emular a Dios al crear una vida de bien para nosotros mismos, para nuestros vecinos y nuestro medio. En términos simples, cada persona tiene su propio “espacio vacío” dentro del cual puede ejercitar total control para construir (o destruir) su propia vida.