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Infundir santidad a la vida cotidiana

Autor: Eliyahu Hecht
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Podemos (y deberíamos) aprovechar cada día de la semana, tanto para plegaria como para la acción

Los muros son estructuras muy poderosas, tanto en su presencia como en su ausencia. El muro crea una barrera que restringe el movimiento entre un lado y el otro, mientras que la falta de un muro permite una continuidad. Ambas funciones poseen importantes ramificaciones y hay que tener mucho cuidado en lo que se refiere a construir, o no construir, muros.

A nivel Bíblico, un área limitada por los tres lados por paredes crea un área halájicamente reconocida conocida como “reshut ha-yajid”, o sea, un dominio privado. Estando separado del resut ha-rabim, el dominio público, dentro del reshut ha-yajid está permitido transportar objetos en Shabat. Las tres paredes corresponden al Nombre de Hashem, Y-H-V-H, que está compuesto de tres letras especiales y únicas, Y, H y V. Y así como el reshut ha-yajid es la unificación de todo lo que se encuentra dentro de él, también es símbolo del dominio de Hashem, en el que hay solamente la yijud de Hashem, o sea, Su Unidad. Sin embargo, el cuarto costado, representado por la segunda H, es un símbolo de la emuná, la fe, que sigue abierta, dándoles la bienvenida a todos aquellos que desean entrar en el dominio santo de Hashem a través del portal de la emuná.

Para poder experimentar la santa unidad de Hashem en Shabat, el Verdadero Reshut HaYajid, uno debe abandonar la práctica de muchas actividades, “melajot”, de la semana laboral que están asociadas con el reshut ha-rabim

De acuerdo con nuestra tradición halájica oral, la Torá Shebealpé, que también connota la emuná, la emuná en los sabios, se nos enseña que se debe construir una viga vertical y una viga horizontal del lado abierto para permitir el transporte de objetos en este reshut yajid. Ese lado puede permanecer abierto, pero no sin una marca de advertencia. Dicha marca nos recuerda que, si bien la transferencia de objetos entre ambos dominios durante los días laborales está permitida, en Shabat no está permitida. Para poder experimentar la santa unidad de Hashem en Shabat, el Verdadero Reshut HaYajid, uno debe abandonar la práctica de muchas actividades, “melajot”, de la semana laboral que están asociadas con el reshut ha-rabim.

La semana laboral está impregnada con santidad (kedushá) del Shabat que la precedió y el Shabat que le sigue también es realzado por la semana que le precedió. Es importante que recordemos que podemos (y deberíamos) aprovechar cada día de la semana, tanto para plegaria como para la acción, para prepararnos para el Shabat, siendo que el día de semana es el momento específico para transferir lo mejor del reshut ha-rabim, tanto espiritual como físico, al reshut ha-yajid. Al hacerlo, nos estamos asegurando de que tendremos todo lo que necesitamos para aprovechar al máximo el potencial del Shabat.

 

(Basado en Likutey Halajot, Joshen Mishpat, Hiljot Shutafim Bekarka 2)

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