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Hashem no descansa. Nosotros sí

Autor: Ester Shechter
בעיות בשינה הנה מה שצריך לעשות כדי לישון טוב
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¿Quién no ha escuchado alguna vez en su vida este consejo? Esta es una máxima bien difundida entre las nuevas madres y escasamente practicada. Cuando un bebé hace su aparición estelar en este mundo absorbe toda la atención y el tiempo de quienes le rodean.

Los padres andan agotados dando cabezadas a la menor ocasión y la feliz recién estrenada mamá no para un momento. Normalmente hacen caso omiso de las recomendaciones que las madres con experiencia le brindan y en cuanto el bebé cierra los ojos corren a poner la lavadora, fregar los platos o hacer cualquier otro tipo de tarea doméstica que se les acumula sin fin.

Los padres andan agotados dando cabezadas a la menor ocasión y la feliz recién estrenada mamá no para un momento.

Este consejo, por bueno que sea, no es factible para todas las mamás o al menos no todas las veces. Los padres desean que su hijo esté protegido, que todo esté limpio y organizado para que todos estén cómodos. Por eso aprovechan la oportunidad que se le ofrece durante las siestas de la bendición para adelantar todos esos quehaceres que, por pesados que sean, hacen la vida más agradable a su familia y son indispensables en todo hogar.

HaShem quiere que vivamos en una casa cómoda, que el mundo siga girando y nos sintamos bien en él. Él no descansa ni un solo segundo, no importa que sus hijos estén durmiendo o trabajando, de vacaciones o en casa. Él crea el mundo constantemente para  nosotros, incluso cuando nos estamos echando la siesta. Cada segundo la Creación se renueva para que sigamos adelante con nuestra vida.

כן כמו תינוק חדש שנולד לעולם

Es de esta forma que logramos tener a nuestra disposición todo lo que necesitamos en esta vida para hacer nuestra reparación espiritual, para vivir según los preceptos que HaShem nos ha ordenado. Todo ello no es por casualidad, sino gracias al esfuerzo constante de nuestro Padre protector.

Al igual que nos afanamos por recoger la casa mientras el bebé duerme plácidamente en su cuna, deberíamos ocuparnos siempre de correr a hacer mitzvot para cumplir con la Voluntad Divina. Hay muchas ocasiones en las que necesitamos un respiro y aprovechamos para hacer una “siesta espiritual”, somos como el bebé en su cuna que no se da cuenta de lo mucho que su madre hace mientras que él duerme para que todo esté en perfecto estado de revista cuando despierte.

Agradezcamos a Di-s que siempre está ahí velando por nuestro bienestar, sin tomar un solo descanso y sin parar de pensar qué es lo que puede hacer para ayudarnos, qué nueva prueba necesitamos para despertarnos de nuestro letargo espiritual. Despertemos y digamos bien fuerte MODÉ ANÍ.

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