El signo astrológico asociado a Sivan es el de los gemelos o Géminis, o teomim en hebreo. Las obras más profundas explican que el “hermanamiento” -que implica dualidad y su posibilidad de conflicto- apunta en realidad a la unificación de dos realidades que parecen estar separadas. Es un principio básico de la creencia judía que nada puede existir sin que Dios le proporcione vitalidad. Rebe Najman añade que, dado que la realidad material parece oscurecer la divinidad, la misma no tiene sentido. Dios le infunde energía vital a todo, y por eso debemos saber naturalmente que Él es el fundamento de todo el tejido de la realidad. Cuando no sentimos esta verdad, es como si hubiera dos estados separados de existencia: el mundo material, por un lado y Dios, por el otro. Está claro que esto no es cierto. Entonces, ¿cómo puedo cambiar mi visión y empezar a sentir a Dios desde este lugar oculto?
Cuando me concentro en la Providencia de Dios, la estoy atrayendo a mi vida y naturalmente siento que todo lo que vivo proviene directamente de Él. El verso de los Salmos compara esto con una sombra: “Dios es la sombra sobre tu mano derecha”. Nuestra sombra refleja cómo nos movemos. Del mismo modo, cuando nos movemos hacia Dios, Él nos corresponde. En lugar de una dualidad, mi enfoque en la naturaleza de “hermanamiento” de la Providencia me hace sentir que este mundo está más unificado con la Divinidad todo el tiempo. Cuanto más esfuerzo haga para insertar a Dios en mi vida, más fácil me resultará vivir una vida Divina. Esta es mi misión para el mes de Sivan: buscar a Dios y construir una relación viva con Él, llenando mi vida con una profunda conciencia de Su presencia en todo momento. Es hora de “hermanarme” con mi Creador.
Una plegaria
Querido Dios.
Por favor, ayúdame a navegar por los altibajos de mi vida
con una profunda apreciación de Tu bondad y Tu amor constantes.
Muéstrame cómo conectar con Tu realidad en todo momento y ayúdame a transformar
la aparente dualidad en unidad.