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Fuerza sobrehumana

Autor: breslov.org
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El más grande anhelo del Reb Shmuel Shapira era visitar el tziun del Rebe Najman

Después de la Guerra de la Independencia de Israel, cuando Jordania nos privó de tener acceso al Kotel (Muro de los Lamentos), los jasidim de Breslov en Yerushalaim pasaban los jueves a la noche en la tumba del Rey David en el Monte Sión. Allí recitaban el Tikún Jatzot (Lamento de Medianoche), pasaban tiempo haciendo hitbodedut, y estudiaban Torá hasta el amanecer. Cierta vez, alguien escuchó al Reb Shmuel Shapira y el Reb Shmuel Tchetchik conversando acerca del tziun (tumba) del Rebe Najman en Uman.

“¿Usted quiere decir que realmente existe la posibilidad de que, en esta época, se pueda viajar allí?” le preguntó el Reb Tchetchik al Reb Shapira.

“Hay que rezar”, respondió el Reb Shapira.

“Yo ya recé tanto que me quedé sin palabras”, dijo el Reb Tchetchik.

“Por lo menos, debería recitar la plegaria que hizo el Reb Itzjak Breiter”, dijo el Reb Shapira.

“Primero tendría que acordarme de llevar la plegaria encima!”, replicó el Reb Tchetchik.

El Reb Shapira miró al Reb Tchetchik consternado. “¿Qué? ¿No se sabe la plegaria de memoria? ¡Yo la recito todos los días!”.

Toda mi vida hice un esfuerzo sobrehumano por llegar a Uman. ¿Y ahora que me quieren llevar allá en silla de ruedas, acaso se lo voy a negar?”.

El más grande anhelo del Reb Shmuel Shapira era visitar el tziun del Rebe Najman. En el año 1970, él viajó a Norteamérica para conseguir un pasaporte especial sin nacionalidad para que pudiera solicitar una visa a Rusia. E incluso con ese así llamado “pasaporte blanco”, tardó casi tres años en obtener una visa, pero al final, lo logró. No satisfecho con ese único viaje, él anhelaba pasar Rosh Hashaná en el tziun del Rebe.

En la última década de su vida, el Reb Shmuel se enfermó de Parkinson y quedó confinado a una silla de ruedas. No obstante, en el año 1988, poco antes de su fallecimiento, alguien le preguntó si le gustaría realizar el peregrinaje de Rosh Hashaná a pesar de las dificultades físicas, a lo cual él respondió de inmediato: “Toda mi vida hice un esfuerzo sobrehumano por llegar a Uman. ¿Y ahora que me quieren llevar allá en silla de ruedas, acaso se lo voy a negar?”.

El Reb Shmuel llegó al tziun del Rebe aquel año y entonces sucedió algo increíble. El Reb Michael Dorfman y el Reb Moshe Burstein, dos ancianos de Breslov, se pusieron a bailar de la mano junto a la silla de ruedas del Reb Shmuel. De repente, el Reb Shmuel se puso de pie sin ayuda de nadie, dio unos pasos y les dio la mano. Durante quince minutos consecutivos, el Reb Shmuel bailó con ellos. Todos los que presenciaron esta escena se quedaron boquiabiertos. Y el Reb Shmuel les explicó: “¡El mismísimo Rebe Najman me dio una capacidad sobrenatural!”.

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