En la Parashat Vaiakel, Moshe Rabenu reúne a todo el pueblo judío para hablarles. En esta ocasión, les recuerda que observen el Shabat y les dice que Hashem quiere que ayuden a construir el Mishkán. Vemos hasta qué punto a Moshe Rabenu le importaba el pueblo judío. Él estuvo junto a ellos a cada paso de la travesía por el desierto. Y no sólo los lideró sino que los guio, rezó por ellos y Le rogó a Hashem que perdonara sus transgresiones (por haber construido el Becerro de Oro, etc).
¿Cómo hizo Moshe para rezar tan exitosamente por cada judío?
Vemos hasta qué punto a Moshe Rabenu le importaba el pueblo judío. Él estuvo junto a ellos a cada paso de la travesía por el desierto. Y no sólo los lideró sino que los guio, rezó por ellos y Le rogó a Hashem que perdonara sus transgresiones
Moshe era el tzadik. El tzadik posee la capacidad única de enfocarse en los puntos buenos (nekudá tová) de cada persona. Él ignora los defectos y los errores que comete la persona, como así sus transgresiones intencionales, etc.. El tzadik siente un enorme amor por Hashem y por Sus hijos, que es la razón por la que él anhela recordar solamente las cosas buenas de ellos cuando reza ante Di-s.
Es por eso que cada uno de nosotros necesita establecer una relación con el verdadero tzadik. Los verdaderos tzadikim tienen tanto para enseñarnos… En las enseñanzas del verdadero tzadik Rebe Najman, puedes encontrarte a ti mismo. Él realmente entiende los anhelos y los miedos más profundos, la turbulenta confusión y el gran potencial que hay dentro de ti.
Y lo más importante que él nos enseña es que cada uno de nosotros es una preciada porción de Hashem. Nosotros somos Sus amados. Rebe Najman enseña que tienes que enfocarte en tus puntos buenos. Cuando sabes valorar las mitzvot que haces, vas a ver que vas a hacer más mitzvot. Cuando prestas atención a tus buenos rasgos de carácter, vas a fortalecerlos. Cuando te enfocas en tus actos de bondad y tus buenos pensamientos, estos van a aumentar y lo negativo va a disminuir y con el tiempo va a desaparecer por completo.
Enfócate en todo lo bueno de lo que eres capaz, en tus nekudot tovot (puntos buenos), igual que hacen los verdaderos tzadikim.
Que tengas un día en el que abraces y celebres tus puntos buenos.