El Rebe Najman enseña que ninguna plegaria es vacía y que ninguna plegaria deja de llegar al Creador
Cuando empezamos a rezar, las fuerzas de la confusión y de la oscuridad se aúnan contra nosotros. Montones de pensamientos provenientes de los recovecos de la memoria nos llegan a caudales con la esperanza de distraernos para que no nos concentremos en el rezo. Muchas veces, esos pensamientos nos siguen desde comienzo hasta fin, haciéndonos sentir que nuestra misión fue un fracaso.
El Rebe Najman enseña que ninguna plegaria es vacía y que ninguna plegaria deja de llegar al Creador, por más oscuridad y por más confusión que haya alrededor. Tal vez sintamos que nada de lo que dijimos llegó Arriba, debido a que nos distraímos y luchamos con los pensamientos y los recuerdos del pasado, pero dentro de la tormenta que brama en nuestra mente, la plegaria pura, el ansia de conectarse, sigue existiendo.
Lo principal es no darnos por vencidos. Tenemos que seguir rezando a pesar de la guerra que se está librando dentro de nosotros.
La plegaria es el arma con que contamos para vencer a las fuerzas de desconexión y la depresión
Estas capas de distracción, estos pensamientos traumáticos, y toda esta confusión, se agitan cuando nos acercamos al Todopoderoso. Lo único que quieren es tirarnos abajo y hacer que renunciemos a nuestra búsqueda de una clara conexión con el Creador. La única manera de enfrentarlos y de finalmente vencerlos, es ignorándolos y sabiendo que la verdadera plegaria es la plegaria de adentro. Tal vez esté enterrada, pero sigue estando allí, debajo de todos los recuerdos, de todas las ilusiones, de todos los traumas que salen a flote únicamente en el momento en el que estás rezando.
La plegaria es el arma con que contamos para vencer a las fuerzas de desconexión y la depresión. Es por eso que esa parte de nosotros mismos que no quiere aflojar se une a las fuerzas de oscuridad que se nos oponen. Esa parte no quiere sentir que la tratamos con una vestimenta sucia. Sin embargo, eso es precisamente lo que debemos hacer: ignorar las ilusiones y las confusiones que nos surgen desde adentro y avanzar para derrotar a nuestros enemigos por medio de una plegaria precisa y poderosa.
Basado en Sijot HaRan 72; Likutey Halajot Betziat Pat Halajá 5.5.
