Empezar de nuevo: Shavuot

Cuando se entregó la Torá, todo el pueblo judío eran como conversos.

En Shavuot se acostumbra leer el libro de Ruth. El Reb Noson cita una explicación de esta costumbre tomada de los Sabios y luego la aplica a nuestro servicio Divino personal. Cuando se entregó la Torá, todo el pueblo judío eran como conversos. Fue un momento muy emocionante: el comienzo mismo de nuestra relación con Hashem como los portadores de Su Torá. Y leemos la historia de Ruth desde el momento en que dejó todo atrás para apegarse a Hashem por medio de su conversión.

Fue un momento muy emocionante: el comienzo mismo de nuestra relación con Hashem como los portadores de Su Torá.

En Shavuot renovamos nuestra conexión profunda e inquebrantable con Hashem. Alcanzamos una nueva perspectiva y abrimos los ojos. Empezamos a movernos hacia un aspecto realzado de la vida espiritual. Somos como un recién nacido. Tenemos los objetivos claros y positivos. Y aunque podamos encontrar dificultades y tropezar, alcanzamos resiliencia para seguir siempre adelante.

Cuando un bebé se cae, ¿acaso se queda sentado en el suelo llorando de autocompasión? No. A pesar de la desilusión, su objetivo, que es caminar, sigue fijo en su mente y continúa haciendo el intento hasta que alcanza lo que se ha propuesto. Darse por vencido ni siquiera se le pasa por la cabeza.

Esta renovación nos da la energía para continuar intentándolo, no importa lo que pase. Incluso si me caigo un millón de veces, yo sé que Hashem (y en cierto sentido, Su Torá) quieren que me vuelva a poner de pie, sacudirme el polvo y seguir haciendo todo lo que pueda.