El regalo de Umán

Shimon Gross (un seudónimo) es un empresario jasídico que reside en Londres, Inglaterra. Shimon viajó a Umán por primera vez en el invierno de 2000. Y esto es lo que nos relata:

Fui invitado a unirme a un grupo de jasidim que recorría las tumbas de los tzadikim en Ucrania. Llegamos a Umán el jueves a la noche. El viernes a la mañana, nos levantamos antes del amanecer para rezar con la salida del sol.

Recuerdo estar caminando por las calles de Uman a esa hora de la mañana. Todo estaba aún oscuro, hacía un frío glacial y había nieve por todas partes. Antes de rezar, nos sumergíamos en la mikve frente a la tziun (tumba del Rebe Najman). Yo fui el último en salir del edificio.

Fui invitado a unirme a un grupo de jasidim que recorría las tumbas de los tzadikim en Ucrania. Llegamos a Umán el jueves a la noche. El viernes a la mañana, nos levantamos antes del amanecer para rezar con la salida del sol.

Al salir de la mikve, oí música en medio del silencio. La música se fue haciendo más fuerte a medida que me acercaba a la tziun. Me di cuenta de que procedía de la sala de los kohanim, una habitación independiente cerca de la tziun donde los kohanim podían rezar. Miré por la ventana y vi a un tipo que parecía un hippie sentado frente a un libro abierto de Salmos, rasgando su guitarra y cantando las palabras del rey David a todo pulmón. Parecía estar tan inmerso en su oración que estaba como ajeno al resto del mundo.

I am committed to life and truth and love

En ese momento, comprendí el don de Uman. Uman le da a cada persona la oportunidad de conectarse con Dios, sin importar su nivel de observancia. Aquella mañana, recé de forma diferente a como lo había hecho antes.

No soy un jasid Breslovero, pero desde entonces he viajado a Uman varias veces, incluyendo Rosh Hashaná. No es fácil dejar atrás a mi familia, pero Rosh Hashaná en Umán es una experiencia que permanecerá conmigo para siempre.

Nota del Editor:  El kohen tiene prohibido entrar en un cementerio a menos que se cumplan ciertos criterios. El comité que supervisa la tumba del Rebe construyó una sala especial que cumple esos requisitos halájicos, lo que permite a los kohanim rezar en la tziun.