El mes de Iar es un mes único: en cada día del mes realizamos una mitzvá especial, de duración limitada. La “cuenta atrás” de la sefirá que comenzó en la segunda noche de Pésaj llena todo el mes hasta llegar a Shavuot. Aunque la palabra “sefirá” puede traducirse como “contar”, esta palabra tiene también otra connotación: “brillante”, como la palabra hebrea que denota la brillante piedra de zafiro, el sapir. La palabra sefirá tiene el mismo valor numérico que la palabra majshavah, que significa “pensamiento”, y no debería sorprendernos que el místico Sefer Yetzirah asocie este mes con la contemplación.
Aunque la palabra “sefirá” puede traducirse como “contar”, esta palabra tiene también otra connotación: “brillante”, como la palabra hebrea que denota la brillante piedra de zafiro, el sapir.
Durante este mes, nos centramos en realinearnos para poder experimentar el anhelo de cercanía a Dios. Mi cercanía o lejanía de Dios se basa realmente en el contenido de mis pensamientos. ¿Dónde está mi mente? ¿Qué me preocupa? ¿Cómo puedo hacer que mi mente se concentre en los objetivos espirituales que me he propuesto? ¿Y cómo puedo hacer realidad mis ideales de amar a mi prójimo judío, de modo que realmente actúe sobre la base de ese amor?
La sefirá, el acto de contar conscientemente, ayuda a mi ser interior a brillar, de manera que pueda empezar a llevar mis pensamientos y anhelos espirituales de la potencia al reino de la acción.
Una plegaria
Mi Creador, por favor, a través del conteo, permíteme encontrar la luz dentro de mí mismo. Muéstrame cómo puedo llenar la mente con las necesidades de los demás para que pueda crecer. Muéstrame cómo amar a las demás personas tal como Tú quieres que lo haga y así realinearme en un camino espiritual. Ayúdame a iluminar el mundo y a los demás con una brillante luz espiritual de cuidado y desinterés.