La caridad proviene de la confianza: la persona confía en Dios que no saldrá perdiendo ni le faltará nada a causa de la caridad…
La parasha de esta semana, Vaishlaj, significa “Envió…”. Hashem nos envió un regalo “maravilloso”, el coronavirus que estaba destinado a ser un regalo para Esav, pero aparentemente se ha extendido por todo el mundo.
Coronavirus: Una enfermedad respiratoria. Básicamente afecta a los pulmones y al aparato respiratorio del enfermo.
Coronavirus: Una pandemia que sacude los cimientos de la civilización. La salud, el sustento, la confianza, las reuniones sociales, etc.
Coronavirus: Una enfermedad respiratoria. Básicamente afecta a los pulmones y al aparato respiratorio del enfermo.
Coronavirus: Una pandemia que sacude los cimientos de la civilización. La salud, el sustento, la confianza, las reuniones sociales, etc.
¿Qué debemos hacer al respecto?
Rebe Najman enseñó (Likutey Moharan I 225):
Cuando los pulmones son perfectos, la confianza en el Creador (bitajón) es perfecta. Porque, en general, la confianza se perfecciona por medio del intelecto, tal como está escrito: “Los ojos de todos miran hacia Ti con esperanza” (Salmos 145:15). Los “ojos” son el aspecto del intelecto, tal como está escrito: “Los ojos de ambos se abrieron” (Génesis 3:7); y Rashi comenta: Esto se refiere a la sabiduría.
Y el intelecto depende principalmente de los pulmones. La razón es que el intelecto depende de la humedad (fluidos) que sube al cerebro, siendo este el aceite. El cerebro mismo es la mecha, y el alma asentada en el cerebro es la luz. Así es que el intelecto se mantiene principalmente por la humedad del cuerpo. Y la propia humedad depende de los pulmones, como está escrito: “Si no fuera porque los lóbulos de los pulmones abanican el corazón, este consumiría todo el cuerpo…” (Tikuney Zohar #13, p.28a). Así es que, a través de los pulmones, la humedad se mantiene y no se seca por causa del corazón. Esto mantiene el intelecto, que es el aspecto de una lámpara alimentada por la humedad. Y es a través del intelecto que se produce la confianza (como explicamos más arriba). Podemos llegar a la conclusión, por lo tanto, de que la perfección de la confianza depende de la perfección de los pulmones.
Cuando los pulmones son perfectos, la confianza es perfecta. Porque, en general, la confianza se perfecciona por medio del intelecto, tal como está escrito: “Los ojos de todos miran hacia ti con esperanza” (Salmos 145:15).
La principal diferencia entre el hombre y el animal es la articulación del habla. La distinción esencial está en la articulación del habla, pues los animales y las aves también tienen sonidos y tonos, pero no tienen articulación de letras y habla. Esto es lo que distingue la condición humana: el hombre es capaz de articular el habla.
Pero para alcanzar el estatus humano hay que dar caridad, en el aspecto de “hagamos al hombre” (Génesis 1:26). El Zohar enseña que “hacer” es caridad (Zohar, Introducción, 13b). En otras palabras, es por medio de la caridad que uno logra el aspecto del hombre, que es el aspecto de la palabra. Esto es “con tu boca” (Deuteronomio 23:24) -esto es caridad (Rosh Hashaná 6a). Y la caridad, en su mayor parte, surge de la confianza, en el aspecto de “Confía en Dios y haz el bien” (Salmos 37:3). Porque si una persona no tiene confianza, no puede dar caridad adecuadamente, porque tendrá miedo de que le falte el dinero que ha dado para caridad. Así pues, la caridad proviene de la confianza: la persona confía en Dios, en que no saldrá perdiendo ni le faltará nada a causa de la caridad. Porque “Dios la bendecirá por ello…” (véase Deuteronomio 15:10).26 Así es que con la confianza, que es un producto del intelecto, la gente da caridad, que produce el habla, perfecciona los pulmones y puede salvarnos de la corona.
Que nos salve y que Dios envíe una curación completa a todos. Este es el poder de la caridad.