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El plan B

Autor: Yossi Katz
Plan B
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Yendo por las calles de Israel, una de las expresiones más comunes que uno escucha es “beseder”, que es el equivalente de “okay”. Sin embargo, en Israel, esta expresión ha adquirido una cantidad de distintos significados.

“¿Quieres que nos encontremos a tomar un café a las diez?” “Beseder”.

“¿Cómo te sientes hoy” “Beseder”

“Usted acaba de colarse y eso no es beseder”

A veces incluso alguien puede decir: “Beseder gamur”, que significa algo así como “Muy bien, perfecto”.

Literalmente, la traducción de “beseder” es algo así como “todo en orden”, como cuando las cosas van según los planes, lo cual nos recuerda a nuestra parashá, que comienza diciendo: “Cuando salgas a la guerra contra tu enemigo” (Deuteronomio 21:10).

Cada uno de nosotros sale a la guerra cada día. Las guerras se libran cuando hay conflicto entre dos partes con respecto al modo en que se debe resolver un cierto asunto. Uno enfrenta conflictos en su trato con los demás pero, más que nada, uno enfrente batallas más que nada, consigo mismo.

Por ejemplo, uno planea su día con miras a resolver algún asunto espiritual o algún asunto de trabajo y entonces, en contra de su voluntad, le surgen toda clase de problemas. “Papá, el autobús no llegó”. Oy vey! Y la consecuencia es que sentimos un torbellino emocional, una especie de guerra mental. Nos sentimos abandonados y a veces incluso heridos.

Cada uno de nosotros sale a la guerra cada día. Las guerras se libran cuando hay conflicto entre dos partes con respecto al modo en que se debe resolver un cierto asunto. Uno enfrenta conflictos en su trato con los demás pero, más que nada, uno enfrente batallas más que nada, consigo mismo.

¿Cuál es la solución? ¿Cómo puedo tener éxito a pesar de mi situación? El versículo continúa: “y el Eterno tu Dios los entrega en tus manos…” pero únicamente cuando “los tomes cautivos” (ibíd).

Así como el cuerpo con el cerebro muerto ya no se considera vivo, la fuerza vital y la vitalidad derivan del intelecto. El término hebreo para “intelecto” es KHOJMÁ, que puede dividirse en dos palabras: koaj – ma (el poder de qué). Esto alude a algo que pedimos cada día al comienzo de las plegarias matutinas, cuando sentimos sumisión ante el Creador: “¿Qué es nuestra vida? ¿Qué es nuestro poder?”.

הדרך בה ברא הקבה את העולם היא שיש פתרון לכל בעיה

El problema es cuando pensamos que nosotros tenemos el control. Nos volvemos como ese miembro del cuerpo que, si bien está físicamente entero, en esencia está muerto. Cuando mostramos sumisión ante Dios, diciendo: “¿Cuál es mi poder?”, recibimos de Dios la sabiduría máxima y la máxima claridad que hace que la vida esté completa y digna de vivir.

Dijo el Rey Salomón: “El Rey, atado en rehatim (cadenas)” (Cantar de los Cantares 7:6). El Zohar compara esto con los rehetei de la mente (Tikunei Zohar 6). Al conectar nuestros pensamientos con el “Rey de Reyes”, es como si tomáramos a Dios “cautivo”, por así decirlo, y alinear nuestra vida con el propósito final de todo.

Cuando hacemos teshuvá (retorno a Dios), en el mes de Elul, uno siente que está librando guerra en varios frentes. Uno quiere hacer cambios en su vida y hace planes en esa dirección, pero da la impresión de que todo va en contra de su voluntad. ¡No te desesperes! Al mostrar sumisión y seguir el guión de Dios, vas a poder ganar la batalla y vivir una vida plena, alcanzando la máxima conexión con Dios.

 

 

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