Página principal Sabiduría judía El libre albedrío – esa creación tan maravillosa

El libre albedrío – esa creación tan maravillosa

Autor: Chaya Rivka Zwolinski
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El libre albedrío es algo paradójico. Si todo está determinado por Hashem, entonces ¿cómo podemos tener libre albedrío?

En Likutey Moharán lección 151, el Rebe Najman se refiere al libre albedrío. Y en la plegaria correspondiente, el Reb Noson analiza este tema desde un punto de vista psico-espiritual.

Se trata de un tema apasionante que despierta mucho interés…

Escribe el Reb Noson: ¡Qué increíble es este poder de ejercitar el libre albedrío, que Tú le conferiste a la humanidad, Hashem! No hay nada tan grandioso y tan misterioso, tan sorprendente y tan maravilloso, en todos los mundos que creaste. Realmente único entre Tus creaciones es el libre albedrío.

Al enfrentarnos a estas paradojas, la única manera de superarlas es con fe. Si tenemos emuná en que Hashem creó todo, incluyendo nuestro libre albedrío, entonces vamos a empezar a librarnos de toda la frustración.

Luego continúa analizando la idea de que hay criaturas en el mundo que Hashem creó y que a estas criaturas Él les da permiso y fuerza para que tomen sus propias decisiones y hagan lo que deseen. Tanto si se trata de la voluntad de Hashem como de lo contrario, Dios no lo permita, cada uno de nosotros ha sido dotado de la capacidad y el poder de elección.

Sin embargo, cuando empezamos a reflexionar a fondo acerca del tema del libre albedrío, nos topamos con una pared. El libre albedrío es algo paradójico. Si todo está determinado por Hashem, entonces ¿cómo podemos tener libre albedrío? ¿Cómo es posible que podamos elegir una cosa u otra?

Al enfrentarnos a estas paradojas, la única manera de superarlas es con fe. Si tenemos emuná en que Hashem creó todo, incluyendo nuestro libre albedrío, entonces vamos a empezar a librarnos de toda la frustración. Debemos recordar que el intelecto es limitado y que existen paradojas que no podemos comprender. Cuando hacemos eso, nos sentimos más tranquilos.

Un niño de dos años es incapaz de entender la teoría de la relatividad y nosotros somos incapaces de entender la paradoja del libre albedrío, pero eso no significa que no existan.

Hacemos nuestras elecciones con la mejor información de que disponemos. Queremos hacer lo correcto. Sin embargo, debemos dejar el resultado en manos de Hashem.

Elige sabiamente. Elige bien. Y sabe valorar esa creación tan única que es el libre albedrío.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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