- Las actividades sin un propósito y los chismes maliciosos sólo pueden conducir a la pobreza. El orgullo también causa pobreza. El remedio es dar caridad, que trae bendición y prosperidad (Likutey Moharan I, 4:8).
- La inmoralidad puede privar a la persona de su sustento (ibíd. I, 7:5).
Las actividades sin un propósito y los chismes maliciosos sólo pueden conducir a la pobreza. El orgullo también causa pobreza. El remedio es dar caridad, que trae bendición y prosperidad
- La plegaria intensa hace que uno sea digno de obtener su sustento (ibíd. I, 9:2).
- Cuanto menos cuidadosa sea una persona en mantener sus normas morales, más disgustos y dificultades experimentará en sus esfuerzos por ganarse la vida (ibíd. I, 11:4).
- Para atraer completamente la providencia de Dios sobre nosotros, es necesario romper el deseo de riqueza. Esto se lleva a cabo dando caridad. Cuando una persona da dinero a caridad, enfría su impulso de adquirir. Y entonces se conducirá en sus asuntos comerciales de manera veraz y honesta; estará satisfecho con su porción en la vida, y tendrá placer y satisfacción con lo que Dios le ha bendecido. Como no está desesperado por enriquecerse, está libre de la lucha constante por obtener ganancias adicionales. El yugo de esta lucha es el cumplimiento de la maldición “Con el sudor de tu frente comerás el pan” (Génesis 3:19). Dar caridad libera a una persona de este yugo. Se considera como si hubiera hecho una ofrenda de incienso ante Dios (Likutey Moharan I, 13:1).