El poder de dar se diluye y desvía si fue motivado por el ego
Enseñó el Rebe Najman de Breslov…
Cuando una persona es absolutamente sincera ante Dios, en el sentido de que Lo sirve con el mismo esmero y el mismo cuidado tanto si está en presencia de otras personas como si no, su sinceridad le hace alcanzar el poder de la tzedaká (Likutey Moharán I:251)
¿Qué significa esto para mí?
El Rebe Najman explica en muchas de sus lecciones que dar caridad es una fuerza muy poderosa no sólo para el que la recibe y no para el que la da sino para el mundo entero. En la lección que citamos aquí, aprendemos que el poder de dar se diluye y desvía si fue motivado por el ego. El remedio que propone el Rebe Najman es enfocarse en “ejad” (Uno), que no hay ningún otro observador fuera de Dios a mi acto de dar. Y esto lo demuestro si también realizo las otras mitzvot con la misma atención a cada detalle y con la misma devoción cuando nadie más me está mirando. Al trabajar en alcanzar este último objetivo, nos resulta más fácil dar a los demás sin que el ego entre en escena, y entonces el acto de dar puede alcanzar su más alto potencial.
Una plegaria:
Dios mío, ayúdame a ser un “dador”
Ayúdame a dar… y a continuar dando
Tú nos pediste que fuéramos caritativos.
Muéstrame cómo dar con un corazón puro,
Con un corazón abierto,
Con un corazón lleno de alegría.
Condúceme a aquellos que realmente merecen la tzedaká.
Porque dar es un acto tan sagrado
Ayúdame a encontrar a los que verdaderamente necesitan
Y ayúdame a encontrarme a mí mismo