El año nuevo de los árboles

¿Acaso el hombre es un árbol del campo? (Devarim 20:19)

Rebe Najman enseñó: “Sabrás que existe una especie de árbol en el que crecen hojas y cada hoja necesita crecer durante cien años… Es razonable suponer que, a medida que crece durante cien años, tiene que pasar por mucho. Pero después, al cabo de esos cien años, florece con mucha fuerza y suena como un cañón. Entiende bien esta parábola…” (Likutey Moharán II:48).

Existe una especie de árbol en el que crecen hojas y cada hoja necesita crecer durante cien años… Es razonable suponer que, a medida que crece durante cien años, tiene que pasar por mucho. Pero después, al cabo de esos cien años, florece con mucha fuerza y suena como un cañón

El “Año Nuevo de los árboles” cae el 15 de Shevat, también conocido como Tu Bishvat. El Talmud enseña que hay cuatro “años nuevos” durante el curso de un año, y cada uno significa la renovación de una parte específica del mundo. En lo que refiere a los árboles, los seres humanos tienen una afinidad especial. Se desarrollan poco a poco; algunos dan frutos y otros no; simbolizan sabiduría y hasta su forma erguida es como la nuestra.

La Torá pregunta: “¿Acaso el hombre es un árbol del campo?” Y en cierta forma, sí lo es. En Tu Bishvat, la savia empieza a subir y si bien las hojas de la primavera y las flores y los frutos todavía no están listos, la vitalidad que los va a nutrir empieza a surgir en los días más fríos del año. Incluso cuando nos parece que nos falta la fuerza vital, dentro de nosotros hay corrientes de cálidos nutrientes circulando. Cuando el Rebe Najman habla del árbol que necesita crecer durante cien años y todo ese tiempo “pasa por mucho”, ¿a qué se refiere? Está hablando de nosotros, que tenemos que pasar por muchas cosas en la vida. Y aunque uno llegue al año cien sin sentir que reamente nunca floreció, de hecho sí ha de florecer, porque siempre está en proceso, aunque lleve su tiempo.