Dvar Torá para Rosh Hashaná 2

For Your Mercies Never Cease; for Your Kindnesses Never End…

Basado en Likutey Halajot, Pru Urvú 3:10

 

Quiero proponer una respuesta. ¿Cuál es la pregunta? La pregunta es: ¿Por qué no decimos Halel en Rosh Hashaná? Sí, es Yom HaDin, el Día del Juicio Final, y agradecer a Hashem en ese día por los milagros que ha realizado en el pasado es incongruente. Entendido. Pero, por otro lado, el día de Rosh Hashaná es tan festivo que nos vestimos con nuestras galas festivas o de blanco; no ayunamos (prohibido según muchos), sino que comemos suntuosamente y bebemos bebidas dulces; y esperamos plenamente un milagro: que nuestro veredicto sea favorable (Yerushalmi, Rosh Hashaná, capítulo 1).

 

Entonces, ¿cuál es mi respuesta? El shofar. Reb Noson escribe que los sonidos del shofar, al escucharlos y oírlos, contienen los Diez Tipos de Cantos. Cada una de las palabras de plegaria, bendición, agradecimiento y alabanza que dirás este año, están contenidas en los diez sonidos del shofar. Pero, ¿qué significa esto, que escuchar el shofar contiene cada tipo de canción que uno puede cantarle a Dios?

 

Rabi Noson explica que, si quieres hacer teshuvá, volver a Dios, debes estar preparado para dejar de lamentar tus fracasos en el judaísmo y tus defectos humanos. En su lugar, debes pregonar (para ti mismo) tus éxitos y virtudes. Incluso el más pequeño de ellos, por más breve que sea, empieza a constituir un canto recíproco, un sonido paralelo de tu shofar interior. Y como enseña Rebe Najman en una de sus lecciones más importantes -¡Azamra!- un punto bueno lleva a otro, y uno empieza a cantar.

Este es el Halel que comenzamos a generar en Rosh Hashaná. El hecho de sacar a la luz los puntos buenos que hay en ti, crea más y más de ellos. Cuando reconozcas que tienes lo bueno dentro esperando salir y que eres bueno, serás enérgico y emprendedor para hacer todo ese bien.

Y hacer el bien te dará mucho que cantar en el próximo año. Así que resulta que tú eres el Hallel de Rosh Hashaná.

 

Te deseo un año dulce, feliz y sano para ti y los tuyos. Que todos sean inmediatamente inscritos y sellados en el Libro de los Tzadikim. Amén.

¡Shaná tová umetuká!