El mes de Tamuz es una época especial para llorar la destrucción del Beit Hamikdash, el Templo Sagrado de Jerusalén. El Talmud nos dice que esto se refiere especialmente a la destrucción de la daat, o sea, la conciencia Divina. Este tipo de destrucción no sólo fue causado por los babilonios o los romanos sino que cualquier injusticia percibida a nivel comunal o individual que interrumpe nuestra serenidad y conexión consciente con Dios es una manifestación de la destrucción del Beit Hamikdash.
El mes de Tamuz es una época especial para llorar la destrucción del Beit Hamikdash, el Templo Sagrado de Jerusalén. El Talmud nos dice que esto se refiere especialmente a la destrucción de la daat, o sea, la conciencia Divina
Reb Noson estaba tan angustiado por el declive de la emuná, la fe, en la era posterior a la Ilustración que escribió: “Sólo puedo expresar mi amargura por este desastre durante el rezo de jatzot, las plegarias que lamentan la pérdida del Beit Hamikdash que recito cada noche después de la medianoche y después del mediodía durante las tres semanas anteriores a Tisha BeAv. Las kinot especiales, los lamentos, para Tisha BeAv también hablan del dolor que hay en mí”.
Todos tenemos cosas que nos impiden forjar una conexión genuina con Dios. Ahora es el momento de liberarnos de esas ataduras.
La frustración por fracasos de diversas proporciones empaña mi capacidad de percibir la bondad de Dios en cada momento de la vida. Puedo y debo expresar lo que me molesta en una plegaria sincera.
¡Dios Compasivo! Ayúdame a ver Tus milagros en cada instante de mi vida. Permíteme percibir Tu bondad y amor a pesar de mis fallas. Libérame de las ataduras de mis frustraciones… ¡porque estas me alejan de Ti!