Encontré gente llena de alegría compartiendo contenido espiritual y material.
Después de casi tres años estudiando las enseñanzas de Breslov, finalmente pensé en dar el gran paso y viajar a Uman para Rosh Hashaná. Tenía miedo de viajar y ver que la gente adoraba al Rebe Najman, Dios no lo permita, en vez de adorar al Todopoderoso y, por supuesto, yo no quería tener nada que ver con todo eso.
Finalmente hice el viaje y no me defraudé. Nadie adoraba al Rebe Najman. Lo que sí encontré fue un fuerte apego a Dios y muchas plegarias llenas de inspiración. Encontré gente llena de alegría que compartía contenido espiritual y material.
Uman fue para mí como un gran caldo de todo el pueblo judío, como un cholent de todas las clases de judíos habidas y por haber. Jamás hubiera pensado que iba a ver jasidim con peiot largas y shtreimels al lado de hombres jóvenes con colita y aros en las orejas. La escena de la mikve era estrambótica: ¡todos esos tatuajes!
Pero, a pesar de las diferencias, sentí un tremendo amor entre los diversos grupos. Yo siempre había pensado que la mayoría de los bresleveros tenían peiot largas y usaban el traje hasta la rodilla, pero en Uman conocí a todo un grupo de bresleveros sin barba, que hablaban inglés, y eran profesionales. Vi gente de todas las denominaciones: no religiosos, ortodoxos modernos y también judíos tradicionalistas provenientes de muchos y diversos países.
El Tashlij fue algo inolvidable. Imagínense: 25.000 personas alrededor de un río, haciendo teshuvá, muchos de ellos cantando y bailando. ¡Se sentía la alegría en el aire!
Vi gente de todas las denominaciones: no religiosos, ortodoxos modernos y también judíos tradicionalistas provenientes de muchos y diversos países
Antes de Rosh Hashaná, hice un viaje de un día a la tumba del Reb Noson en la ciudad de Breslov. Allí pasé bastante tiempo haciendo hitbodedut. Fue una experiencia increíble. Además, fui al Parque Sofievka (Sofía) en Uman a hacer hitbodedut tres o cuatro veces. Uno de los rabinos que hablaban inglés nos llevó al bosque en una expedición de hitbodedut especial y allí nos dio pautas básicas para lograr una mejor comunicación con Dios. Fue un ejercicio muy con los pies en la tierra y, a la vez, muy elevado espiritualmente.
Yo espero continuar con mis estudios de las ideas de Torá del Rebe Najman de Breslov y hacerlas parte de mi vida cotidiana. Espero fortalecer mi compromiso de seguir los consejos del Rebe y dedicar un tiempo todos los días para hacer hitbodedut, sumergirme a diario en la mikve y seguir todas las otras prácticas que nos dio para poder servir a Dios y sentir una genuina y profunda alegría en la vida.
De “El Rebe Najman y los Caballeros de la Mesa de Rosh Hashaná”