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Azamra para los saltamontes

Autor: Chaya Rivka Zwolinski
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Una autoestima sana y equilibrada consiste en ser consciente de tus buenos puntos y, a la vez, ser una persona realmente humilde

El auto-conocimiento es el primer paso rumbo a la auto-estima.

El episodio de los espías en la Torá nos da una idea del peligro que implica no entender quién eres, no saber cuál es tu misión y no percibirte a ti mismo con claridad.

Los espías eran todos hombres rectos, verdaderos tzadikim, que ocuparon destacados cargos de liderazgo en sus respectivas tribus mientras los judíos estuvieron en el desierto. Hashem le habló a Moshé y le dijo que Él iba a darles la tierra de Canaán a los israelitas. Y le dijo a Moshé que, si así lo deseaba, podía enviar a un grupo de espías a que exploraran el terreno.

Para poder tener una sana auto-estima también es necesario que entiendas que eres un ser humano con una neshamá, un alma, que fue creado a la imagen de Dios.

El Sagrado Libro del Zohar explica que los espías, junto con toda la generación del desierto, excepto Joshua y Caleb, finalmente no llegarían a habitar en la Tierra Santa debido a que habían confiado en su propio racionamiento, que era defectuoso, hablando mal de la tierra, en vez de aceptar humildemente que Hashem había preparado esta tierra santa para Su pueblo elegido.

Los espías retornaron con un informe negativo acerca de los habitantes de Canaán, los temibles nefilim: “Nosotros éramos como saltamontes a nuestros propios ojos y también a los ojos de ellos”. Los espías se tiraban abajo y estaban seguros de que los israelitas serían incapaces de completar aquella misión.

Saltamontes y gigantes

Los saltamontes son insectos saltones y ruidosos, pequeños e inofensivos. Pero la persona que se ve a sí misma como un saltamontes pequeño e insignificante no está siendo humilde. La verdadera humildad requiere que te veas como un ser humano, no como un bicho. La genuina humildad consiste en comprender que eres una persona real e imperfecta, que tiene defectos y carencias, como cualquier otra persona: un ser humano humilde y totalmente dependiente de Dios para cada gota de aire que respira.

Para poder tener una sana auto-estima también es necesario que entiendas que eres un ser humano con una neshamá, un alma, que fue creado a la imagen de Dios. Hashem te confirió una misión de vida especial, una misión que nadie más excepto tú es capaz de llevar a cabo. Y, al mismo tiempo, si tienes humildad, santidad, y un sano sentido de auto-estima, te vas a dar cuenta de que Hashem es quien posibilita que la misión se pueda concretar.

El saltamontes es incapaz de esta clase de reflexión.

Los espías no se dieron cuenta de que necesitaban ambas cualidades: la grandeza espiritual, así como también la humildad y el hecho de ser dependientes de Hashem. Si se hubieran dado cuenta, no se habrían visto a sí mismos como saltamontes.

En la lección Azamra (Likutey Moharán 82), Rebe Najman de Breslev nos enseña a desarrollar una sana auto-estima. Empezamos identificando y valorando nuestros puntos buenos. Los puntos buenos a que se refiere el Rebe no tienen nada que ver con un cabello sedoso ni con el don de la palabra ni con una carrera exitosa; no tienen nada que ver con el estatus social, ni con los logros intelectuales, ni con los talentos creativos.

Los buenos puntos a los que se refiere el Rebe son los logros espirituales, las mitzvot que hacemos.

Pero al vernos falsamente a nosotros mismos como algo tan bajo como un saltamontes, acabamos perdiendo la capacidad de luchar y superar los desafíos.

Al verte a ti mismo ─o a los demás─ como menos de lo que realmente eres, no vas a poder elevarte por encima de tus bajas expectativas.

Recuerda: eres una persona, no un saltamontes.

 

 

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