למה קדושי אומן צריכים תיקון?

No puede ser. Siento que acabo de desmontar la sucá y guardarla. Sea como fuere, un vistazo al calendario me dice que, efectivamente, Elul está ya casi sobre nosotros. Eso significa que es tiempo de reflexión e introspección, tiempo de teshuvá (retorno a Dios). La teshuvá es una mitzvá. Así que, como cualquier otra mitzvá, cuando la hacemos, la hacemos con alegría.

 

El punto más sencillo de la teshuvá es el cambio. Estaba/no estaba haciendo lo que debía/no debía hacer. Ahora cambiaré. Reflexionaré y haré introspección, y llegaré a darme cuenta de que la honestidad es más sagrada que la mentira. Leeré algunas enseñanzas del Rebe Najman para despertar un auténtico fervor religioso y haré un verdadero compromiso -que esta vez mantendré- y ¡voilá! Teshuvá, he cambiado.

 

Pero la teshuvá es un cambio más radical de lo que indican las simples modificaciones de comportamiento. (Por cierto, no dejes que estos u otros pequeños cambios para mejorar te engañen. Cambia una cosa y lo cambias todo. Mejora una cosa y todo mejora). Rebe Najman escribe:

 

Antes de regresar, la persona todavía no tiene el “ser”. Es como si todavía no existiera en el mundo. De hecho, sería mejor si no hubiera sido creada (Eruvin 13b). Pero cuando se prepare para purificarse y regresar… entonces existirá en el mundo, es decir, “estoy preparado para ser”.

La teshuvá es un cambio más radical de lo que indican las simples modificaciones de comportamiento

Hasta que no hagamos teshuvá, es como si no existiéramos. Hasta que no hagamos teshuvá, sería mejor no haber nacido. Ahora, si me digo que Rebe Najman se está refiriendo a los conspiradores, bueno, tal vez pueda entenderlo. Esos pobres desafortunados están socavando el plan de Dios para el mundo al ignorar Su voluntad Divina, y se están ganando el purgatorio. ¿Y qué hay de los discípulos de Rebe Najman, como Rabi Noson y Rabi Naftali, a quienes se dirigía cuando dio esta lección por primera vez? ¿Habrían estado mejor sin haber nacido? ¿De verdad?

 

De verdad. Considera lo que Reb Noson comenta sobre esta lección:

 

En verdad, la humanidad no tiene un ser en este mundo. Esto se debe a que, en este mundo, el ser humano no tiene ningún futuro real: la muerte es inevitable y no nos llevamos nada con nosotros. Nuestra única existencia genuina es la que preparamos para el mundo futuro y eterno. La teshuvá que hacemos en este mundo es la preparación para ser, para existir… en el mundo eterno

אמונה מול השתדלות

Debido a que vivir para este mundo no tiene sentido, habría sido mejor evitar el dolor y la agravación. Pero si vivimos aquí para estar preparados -para gestar, por así decirlo- nuestro nacimiento en el mundo eterno, ¡esa es una vida de otro color! Uno de los rasgos básicos que necesitamos para vivir una vida de teshuvá es la paciencia. Por muy sincero y verdadero que sea nuestro compromiso con el cambio, estamos tratando de deshacer una actitud y un comportamiento arraigados durante años, quizá décadas. Algunos cambios de teshuvá que deseamos sinceramente (¡desesperadamente!) tienen que nadar a contracorriente de miles y miles de decisiones y acciones contrarias a la Torá que hemos realizado hasta hoy. Esa es una de las razones por las que necesitamos tener paciencia.

 

Otra razón para tener paciencia es que hay un pequeño secreto en el acto de hacer teshuvá. Rebe Najman nos dice que por más sinceros que seamos al pensar que queremos mejorar y cambiar, en realidad no lo somos. Todavía hay una pequeña parte de nosotros que no se opondría a probar una pequeña fruta prohibida más. Así que incluso después del largo proceso de hacer teshuvá, tenemos que hacer teshuvá una y otra vez para eliminar esa parte objetable del deseo

 

El Rebe escribe que la esencia de la teshuvá es permanecer callado (por fuera) y silencioso (por dentro) cuando se lo insulta. Este silencio es un ejercicio de paciencia; un ejercicio para deshacer una actitud y un comportamiento al que nos hemos acostumbrado demasiado; un intercambio del deseo de lo objetable por una teshuvá más sincera; y un intercambio de la no-vida por la verdadera vida.

 

Basado en Likutey Moharan I, 6

 

¿Ya es Elul?