La siguiente es una colección de estímulos para aferrarse a la emuná en la vida, junto con la valoración de cada gota de bien que uno puede hacer para complacer y servir a su Padre Divino.
- La vida es como caminar por un puente muy estrecho – lo que significa que hay muchas “bajas” a la izquierda y a la derecha que ya se han caído de este estrecho puente…. y las probabilidades de que “lo logremos” a lo largo de este estrecho puente están en nuestra contra (ver Likutey Halajot, Yoré Deá, Beitzim #4). Sin embargo, los verdaderos tzadikim nos exhortan y nos animan a no tener miedo y a no rendirnos – que las probabilidades en nuestra contra sólo son posibles si permitimos que el “espejismo” nos engañe. Por eso, tenemos que ponernos anteojeras y simplemente mirar hacia adelante!
- Necesitas lo que se llama “santa jutzpá” para triunfar en la vida. La Torá fue entregada a los judíos simplemente porque son descarados, es decir, por la santidad. Sé duro y no dejes que el lado malo te gane con la depresión y sentimientos de inutilidad.
- Las pruebas para la pureza personal son tan difíciles en la vida que sólo con la ayuda, la asistencia y el mérito de los verdaderos Tzadikim se puede hacer frente a todas estas pruebas. Hasta tal punto esto es así que el Santo Arizal enseña que cuando un judío peca y por lo tanto se “sale del camino” necesita que el alma del mismo Moisés “entre” en él y lo ayude a elevarse fuera del reino de la impureza al reino de la santidad… Así, el “apego a los Tzadikim” es un ingrediente imprescindible para acercarse a Hashem. Hashem nos dio la Torá a propósito a través de los tzadikim. Esto puede apreciarse en el hecho de que Hashem eligió redimir a los judíos a través de Moisés, en lugar de redimirlos Él Mismo directamente. Este es un tema muy delicado que mucha gente no comprende, pero es fundamental en el judaísmo, tal como dice el mismo Rebe Najman, respecto a que acercarse y viajar a los Tzadikim es algo de lo que “depende todo nuestro judaísmo” (Likutey Moharan #66)
La vida es como caminar por un puente muy estrecho – lo que significa que hay muchas “bajas” a la izquierda y a la derecha que ya se han caído de este estrecho puente…. y las probabilidades de que “lo logremos” a lo largo de este estrecho puente están en nuestra contra
- Lo principal es expresar con palabras tus buenos deseos. Incluso si tus acciones contradicen totalmente tus deseos internos, sigue expresándolos a Hashem, ya que ellos son los que “tienen la sartén por el mango” en la vida. Y cuando pase suficiente tiempo, cuando los buenos deseos se acumulen, finalmente recuperarás todo lo que perdiste en tu búsqueda para acercarte a Hashem (ver Likutey Halajot, Joshen Mishpat).
- La Justicia Divina es inconcebible. ¿Por qué estoy pasando por esto? ¿Qué he hecho? ¿Dónde está Hashem? La lista de preguntas es interminable. Básicamente, se reduce al concepto de “El justo lo pasa mal, y el malvado lo pasa bien”. ¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cómo salimos de este dilema? Sólo con emuná. Con una fe pura y cristalina en que Hashem es el que dirige el espectáculo y que Él sabe exactamente lo que está haciendo con nosotros… y eso mismo mitigará las dificultades.
- La razón por la que percibimos un “sistema de justicia torcido” en nuestras vidas es por la falta de fe en el sistema de justicia de Hashem, es decir, no creemos que Él sepa exactamente lo que está haciendo con nosotros. Una vez que volvemos a aceptar y reafirmar Su presencia en nuestras vidas, ¡los “muros comienzan a moverse”!
- Así, un “argumento” que podemos presentarle a Hashem puede ser: “¡Hashem! Sé que Tú diriges mi vida. Sé que Tú eres Justo y Tzadik en todo lo que haces y en Tu trato conmigo. Reconozco que Tú estás detrás de todo lo que me sucede. Pero, Hashem, me duele mucho. Por favor, ayúdame a aceptar Tu sistema de justicia con total emuná…”
- Los más grandes tzadikim, al rebajarse al nivel de la “inmundicia y la suciedad” son capaces de elevar y extraer a las personas más bajas (aquellas a las que casi todo el mundo daba por perdidas) de las profundidades más bajas.
- El Malo hará “lo que sea” para que digas las dos palabras mágicas: “ME RINDO”. Él pondrá tu vida y tu familia patas arriba, etc…… lo que sea, para que finalmente “te rindas”. Esto se debe a que lo único a lo que no puede acceder es a tu anhelo y el anhelo de ser un buen judío y de acercarte cada vez más a Hashem, a Su Torá y a Sus Tzadikim. Por esta razón, él desarraigará todo para animarte a dejar de anhelar y desear. Pero mientras la persona no “ceda”, siempre hay esperanza de recuperar todo lo que aparentemente se ha perdido. Esto se debe a que el deseo y el anhelo interior de una persona es lo que mantiene toda la Creación y es la esencia de todo lo demás.
- Así como desde el punto de vista de la halajá, la ley se refiere a la búsqueda de objetos perdidos (HaShavat Aveidá) “siempre que podamos suponer que el propietario del objeto no se ha rendido en la recuperación del objeto perdido, está prohibido para el que lo encuentra usar o participar del objeto perdido”, así también en una dimensión espiritual, todo el bien potencial que aparentemente se pierde debido a los trucos y pruebas del maligno, puede encontrarse y recuperarse, siempre y cuando la persona no se dé por vencida en alcanzarlo y percibirlo (Ver Likutey Halajot, Joshen Mishpat).